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La mirada Subterránica

Lo mejor de la música

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No sé si hacer este escrito sobre la obra o sobre su creador. Es difícil, porque ¿Es más importante la idea o el desarrollo? Sin embargo en este caso es la misma persona quien ejecuta las dos.

Rodrigo Castaño y su Festival Anti-Roscas han logrado posicionarse en la escena rockera del distrito como uno de los espacios obligados para darse a conocer como banda íntegra y guerrera. Con la filosofía de crear una interacción clara, poderosa y que no deje espacio para ninguna malinterpretación, Castaño ha tenido que recorrer un camino largo que le ha traído tantas alegrías como momentos duros.

Se acaba de convertir en padre lo que nos dejó ver a muchos que lo conocíamos una faceta deferente, supimos que si tenía un corazón que podía sin tranquilo, porque cuando el ímpetu y la pasión le llenan el alma no frena ninguno de sus instintos, por eso es que muchos lo pueden llegar a ver como una persona tosca pero lo que en realidad es frentero, dice lo que piensa y lo que siente.

Con o sin intensión, hace parte de esa serie de personajes que desde el underground están construyendo una nueva escena, diferente a la ya trajinanda escena distrital, a la misma que todo el mundo está cansado de ver y escuchar, Castaño con su Festival Antiroscas ha logrado mover y colocar en escena a más músicos que muchos de los personajes que claman a gritos ser reconocidos como grandes gestores culturales.

Hablamos en exclusiva con el para Subterránica.

¿Quién es Rodrigo como persona y como profesional, qué hace o qué?

Soy un proyecto humanístico enfocado al arte. Vivo rock. Dirijo un canal de comunicación, un espacio cultural y también lidero el Festival AntiRoscas. Amo la música, la escritura y conversar.

¿Cuál ha sido tu formación artística o en otros campos?

He estudiado cosas raras: Desde Coros Gregorianos y Apreciación Musical hasta Comercio Internacional. Me aplica lo de músico, poeta y loco. (Eso dicen).

¿Por qué te interesaste en el negocio de la música y la gestión?

Siempre he pensado que si vas a dedicarte a algo, te tiene que gustar, debes saber hacerlo. No sirve solamente ponerle ganas; hay que conocer técnicas, ayudarse de las herramientas de la academia y de la experiencia. Esas dos de la mano se ven bonitas por la calle o en un restaurante. Esto es lo que sé hacer, lo que me gusta y a lo que quiero dedicarme.

En una escena como la nuestra aventurarse de manera independiente es peligroso ¿cómo ha sido tu experiencia?

Sigo vivo. ¿Eso cuenta? (Risas).

Creo que uno no gana o pierde dinero; gana experiencia y visión y pierde miedos. Eso del dinero es un círculo en el que hay que aprender a girar. A veces estás de cabeza, a veces ruedas a toda velocidad. Lo malo es buscarle rincones al círculo para encontrar comodidad; es como encontrarle una esquina a una pelota.

¿Cómo nace el Festival AntiRoscas?

Así como nacen los hijos. Tuve que follarme muchas ideas, hasta que cuajó esta. Tiene cuatro años apenas; está aprendiendo a hablar. Ya da pasitos. A veces, por correr, se cae y se da duro. Pero le gusta jugar con tierra, levantarse, sacudirse las peladuras y seguir sonriendo. Claro, primero llora y se queja con la mamá. ¡No recuerdo por qué coño nació; creo que fue una cesárea! (Risas).

¿De verdad no hay roscas? ¿Es posible algo así en un país como este?

En un país como este todo es posible. Esto funciona como el filtro del café cuando haces tinto; solamente lo mejorcito se queda. El resto, aunque por ahí pase el agua, se bota, se va a la basura. A lo que voy es que en el Festival se han presentado bandas de todos los niveles (si es que se pueden clasificar) y muchas se han acabado con el tiempo. Siguiendo la metáfora, entonces, el Festival funciona como el agua para el tinto; ha habido bandas agónicas, pero esas bandas son pepas que se quedan en el colador. Esto tiene que servir para depurar la escena de tantos que se creen artistas, pero que se caen en un par de meses.

También están las bandas que colgamos en el llavero y a quienes llevamos a muchas partes, por comprometidos y dedicados.

Me gusta la rigurosidad de las palabras, por eso se llama AntiRoscas. Anti significa contrario u opuesto y rosca es esa cosa que, al cerrarse, forma un círculo dejando un espacio vacío en medio.

Ser AntiRoscas significa estar ahí en ese espacio vacío, que no hace parte de la estructura orgánica de la roscas, pero que es su esencia en sí. Porque estamos dentro, somos el centro. De no ser por el hueco, por ese espacio vacío, las roscas serían platos. ¡Y hay que ver lo que significa ser un plato en Colombia! (Risas).

¿Cómo garantizas la participación de todos los interesados?

No participan todos los interesados. Hay que cumplir ciertos requisitos. El ser AntiRoscas no significa ser AntiOídos. Hay que escuchar, digerir, leer, volver a escuchar y, si hay tiempo, escuchar otra vez. De eso depende que la calidad del Festival vaya in crescendo.

¿Cuál es la finalidad de tu gestión?

Actualmente es el festival independiente más grande del país, sin recursos monetarios provenientes de alguna entidad, privada o pública. (Cosa que ojalá cambie pronto). El objetivo es mantenerlo ahí, aumentar los premios, materializar la evidencia del trabajo realizado, ayudar, ayudar, ayudar, hasta que mis fuerzas lo permitan.

Siempre he pensado que si te pones en pie, ya sabes cómo es. Por ende, así haga frío o mucho viento; así te tumben o te caigas solito, pues vuelves y te levantas. Los únicos que disfrutan acostados son los que pagan por las putas -porque a ellas no es que les haga mucha gracia. ¡Me han contado! (Risas).

Dentro de la escena eres un hombre respetado y además polémico por tus posturas ¿Cómo lidias con toda esa hoguera de las vanidades en el movimiento?

Asumo que “respetado” porque ofrezco respeto; se lo abogo a una cuestión de reciprocidad. 

En lo de “polémico” me quedo con esta definición de la RAE: Arte que enseña los ardides con que se debe ofender y defender cualquier plaza.

Aun así los que me conocen saben que aplico la frase de Voltaire: no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo.

Lo de la hoguera de vanidades es algo a lo que no presto atención. Uno no puede ser artista y feo, porque no combina. (Risas) Nací bonito y humilde, o sea que no es nada nuevo que me miren (Risas).

¿Cuál sería entonces la finalidad de tu trabajo, el final perfecto?

Que no tuviera final.

Parafraseo a mi amigo Larry Mejía, gran escritor y contertulio: creo que nosotros, los artistas, no estamos para hacer plata, o nombre; lo que hacemos es obra ¡Obra!

¿Como ves el nivel del rock nacional de acuerdo a los tres AntiRoscas que has organizado?

Me gustan muchas cosas, entre ellas lo que pasa con el metal extremo. ¿Cómo no va a haber una sobredosis de Brutal Death Metal en Colombia cuando vivimos en un mundo de muertes violentas por montón? No creo que deje de promover el metal, aunque los músicos sean tan cuadrados.

Hay músicos talentosos, pero me sigue doliendo que haya más ego que talento (en muchos casos). Han crecido la receptividad al show visual; la visión de cuidado a los seguidores; el trabajo con dedicación y concentración para mejorar la ejecución instrumental; el gusto por la limpieza y la impecabilidad de las presentaciones. Esas son algunas premisas en las que el Festival se enfoca y hay quienes sí se creen el cuento y lo hacen en serio.

¿Que se llevará el ganador del festival?

Nada. ¡El Festival se los lleva a ellos!

Este año vamos a viajar. Tenemos un par de intercambios interesantes con otros festivales nacionales y estamos armando una pequeña gira en México para la mejor agrupación de esta edición. Un Festival que no tiene plata de ningún lado no se puede quedar pensando en un par de monedas.

En una almohada aprendí a soñar; y no era una almohada llena de billetes. Ahora no me sueño la vida; me vivo mis sueños.

Y si algunos quieren hacer lo mismo, pegarse al parche, y yo (el Festival) les sirvo de plataforma, pues nos ayudamos y sonreímos y la pasamos bien haciéndonos más humanos. Pero camellando duro.

Es difícil financiar eventos tan grandes como el tuyo, ¿qué apoyos usas, que apoyos buscas?, ¿los músicos te ayudan o son reacios a esto?

Busco apoyo por todas partes. Toco más puertas que un testigo de jehová, pero no ha habido quien se interese en mover su bolsillo. Este un país de fieles… de fieles al dinero. Mientras no exista una liberación mental del dinero, no habrá surgimiento, ni apoyos para el Festival.

Hay muchos músicos en el baúl de mis afectos y a muchos de ellos los desempolvo de cuando en vez. Los músicos siempre han estado firmes conmigo. Este un festival de músicos para músicos, de abrazos, de compartir escenario, pero también sonrisas. He llegado a creer que esta vitrina lo que verdaderamente busca es el rescate de la humildad, del trabajo en equipo, de la empatía. Si eso no salva el mundo, al menos le hará un camino más tranquilo a las nuevas generaciones. Estoy convencido de eso.

¿Vamos bien o mal en La Escena Rock de Colombia?

¡Ay, esa es una pregunta muy amplia! Perdón si me pongo nostálgico.

Esto de La Escena Rock tiene más ramificaciones de tensión que el mismo proceso de paz. Yo siento que sí vamos. Lento, pero vamos.

Pero el afán de protagonismo, el ego, el amor a lo material, el desespero por ser tendencia y tantas otras ataduras actuales, tienen mareado y con vómito el espíritu del arte. Yo creo en el amor, en la verdadera esencia del rock, en el peace and love, en la premisa del punk cuando promulgó el hazlo tú mismo, en Fito cuando dice: todo da vueltas como una gran pelota; en Café Tacuba y su gira y da vueltas y rueda girando, gira y da vueltas y rueda y rueda. En fin.

Hay que aprender a girar, a dar vueltas, a no cansarse, a permitir que la gente ruede (que es muy diferente a vivir rodado), a reconocer el mundo y sus círculos y llevarlos bien.

Hay círculos en todas partes; una moneda es circular; el borde y la base de una copa también lo son; los ojos y la rueda; el sol y la armonía… casi todo es circular. Pero bueno, eso es otro tema y no pienso pasar por mamerto.


Volviendo a tu pregunta: el Rock Nacional SÍ va, siempre irá, siempre permanecerá. Es indestructible. Como el amor. Así mismito; con lapsos, con cariños a ratos, con viajes y monotonía, con amantes y nuevas relaciones. El rock es amor puro y el amor es puro rock and roll. 

@subterranica

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