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La mirada Subterránica

Lo mejor de la música

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Me pregunto ¿Cuántos lo irán a escuchar en realidad?, es lo que siempre me pregunto con cada nuevo disco de Rock nacional que llega a mis manos. Este lo estaba esperando hace tiempo y llegó a mi casa a las 12 de la noche de manos de un gran amigo, el mismo que lo escribió, lo grabó y tuvo que pasar a saber cuántas cosas para poder prensarlo y dejarlo en tantas partes incluyendo mi casa. Aun no lo he escuchado en Radioactiva, en Radiónica o en otra parte, sin embargo la pregunta persiste ¿Cuánta gente en realidad lo va a escuchar?

Conozco a Jade desde hace mucho tiempo, más del que las amistades sobreviven diría yo, por eso nunca dudo en llamarle cuando lo necesito y sé que siempre está ahí. Soy fiel admirador de él, porque he visto su evolución como artista, tocábamos juntos cuando el Grunge era la onda y en Colombia se podía soñar con ser Rockstar, nos pintamos el pelo de colores y tocamos por todas partes. Después, cuando tomamos caminos diferentes, lo vi convertirse en un estudioso de las artes, un explorador y eso lo ha llevado a vivir cosas increíbles. La gente del “común”, ese gran porcentaje de los colombianos acostumbrados a la realidad, a que la vida es el almuerzo lo reconoce como “Bumbury”, el de “Yo me llamo”, pero en el universo del arte nacional, Jade es uno de esos grandes que como otros vive desde las sombras.

Sin interpreta el nombre de su disco, ha logrado hacer algo que pocos hacen y que es lo que yo sentí al escucharlo… la valió mierda el mundo, hizo lo que tenía en su alma guardado desde hace tiempos y este no es un disco que busca llenar un estadio sino contar una historia. Se nota el curtido de sus viajes, mismos que culminan en el subjetivismo de la obra. Pintado de sus historias, de cuando fue a Korea a actuar con el Tecal, de cuando fue a Argentina a ser elegido como el mejor tributo de los Beatles,  porque su vida se ha hecho música igual que la de los que hemos recorrido ese camino sin esperar nada más que la satisfacción de haberlo hecho, de haber sobrevivido al mundo de mierda y poder decir, lo hice, viví de la música, comí música y todo mi cuerpo está hecho de notas, mi alma es quien canta.

Tiene elementos de casi todos los géneros que existen en nuestras realidades, incluso la canción “La gran ciudad” me recuerda a la música de mis padres, la “bizcochera”, esa que uno escuchaba en el carro cuando lo llevaban a alguna parte. “Balada para un Shibari” es casi una declaración y así entre cada línea uno va descubriendo detalles tan personales que a veces parece un disco etéreo, pero no lo es, es fácil, es un disco que se hizo para decir – miren, me desnudo ante ustedes- yo creo que ya era hora, Jade ha sido el vocalista, guitarrista, baterista y casi todos los roles de muchos proyectos exitosos en el Rock nacional, pero ya era hora de conocerlo a él, a su yo interior, a lo que quería decir.

Paranoiamarte es entonces una de las pocas piezas del Rock nacional que resume un mundo propio y no uno exterior y es por eso que se hace tan valioso, porque en estos días en donde los músicos buscan es una fama que en este país regalan a diestra y siniestra, Jade toma lo mejor de sí y lo convierte en notas. Me pregunto ¿Cuántos lo van a escuchar?

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