Excelente asistencia al festival gratuito de
Bogotá, mar de camisetas negras, es posible que parte del crédito se lo lleven múltiples
personalidades que todo el año criticaron que no iban a ver a los locales, pero
en el primer día de Rock al Parque, incluso en las primeras bandas se vio una
cantidad notable de gente respecto a los años anteriores en donde antes de las
cuatro o cinco de la tarde el público era más que escaso.
Mucha gente para escuchar pocas cosas nuevas,
El Metal es un género bastante difícil y complicado, no es suficiente la pasión
y la pinta para llenarlo. Las bandas nacionales este año, a diferencia de otros
fueron opacadas por los invitados internacionales, ojo, no es que no hayan
buenas propuestas, claro que las hay, destacada la actuación de Ikarus Falling
entre otros, sin embargo lo que se conoce en el rock como “el ladrillazo” se
escuchó en los de fuera, ese golpe contundente que sale como un bloque del
escenario hacia el público. Fue un acierto invitar por convenio a bandas de las
localidades que de otra forma nunca hubieran pisado el escenario.
Entonces, si hay público… ¡si existe!!! 120
mil personajes en Rock al Parque y uno no puede evitar hacer la pregunta ¿en dónde
carajos se meten el resto del año? La conclusión puede ser que como el festival
es gratuito, entonces todos vamos, pero cuando hay que ir a apoyar esas mismas
bandas en escenarios locales pequeños en donde deben pagar un boleto y comprar
una cerveza nadie va. No podemos seguir permitiendo que el Rock nacional sea
solo “Rock al Parque”. Rockeros hay, está demostrado y muchos, pero Rockeros
acomodados que solo van cuando Symphony X es gratis y de paso pues “hagamos el
favor de ver a los nacionales”.
Idartes como siempre hace un buen trabajo en
el producto final, es decir en el festival. Grandes escenarios, buen sonido, el
montaje, todo bien, deberíamos buscar la forma de que Rock al Parque sea igual
desde el principio, es decir, que este buen producto final, sea el resultado de
un buen proceso de selección y preparación del mismo, porque al final el
problema es ese, el pre, no el post. Miren la lista de bandas del primer día,
el día del Metal, faltaron muchas, muchas que se han tragado los bares de
Bogotá y el país, muchas que están tronando y no se les tiene en cuenta pero de
nuevo vimos un par de bandas de Metal que pareciera se armaran solo para RAP,
con los mismos que año tras año tocan y que son buenos, sí, pero se desconoce
la visión y la misión del festival.
Musicalmente este año decidimos en
Subterránica que no haríamos valoraciones, si bien nos ha servido de algo también
tocar además de tratar de practicar este campo del periodismo del Rock, fue aprender
que el arte no se puede valorar en una escala numérica y que es un ejercicio
subjetivo, puede que a nosotros una banda nos parezca genial, pero a otros
horrenda y viceversa. Como ejemplo claro vimos en las redes sociales un gran
debate sobre una banda colombiana radicada en el exterior entre seguidores y
detractores. Para nosotros el solo hecho de montar una banda, encaramarse en
ese monstruo de escenario, frente a 120 mil personajes que están ahí de frente,
inquisidores, es un acto de “crear rock nacional”, así que cada uno juzga quien
le gustó y quien no, pero eso sí, si alguna banda nacional le gustó entonces
vaya a verlos después, págueles un boleto, cómpreles un disco, una camiseta,
porque si bien es cierto que IDARTES les paga por su presentación en Rock al
Parque, esto no es suficiente para que vivan un año completo mientras vuelven.