DE LA TIERRA El Metal latinoamericano
toma un nuevo aire.
Felipe Szarruk
Cuando se coloca el disco, lo
primero que se nota es que no se puede escuchar a bajo volumen, perdería la
esencia de lo que se pretende, la voz de Andrés Gimenez quiere cantar con ira y
diferente a lo que hizo anteriormente, la guitarra toma otro matiz muy
diferente al del Metal latinoamericano clásico y se vuelca más hacia el sonido “Sepultura”
del cual proviene, los bajos son sencillamente de lo mejor que se ha capturado
en los últimos años en cuanto a Rock, extrañamente sin el protagonismo bárbaro
que tendría Sr Flavio en otra banda y la batería nos confirma que hay músicos
que sencillamente están atados en otros proyectos, que son animales enjaulados
que cuando los sueltan se vuelven bestias, la batería es de lo mejor de este
disco.
Es un experimento interesantísimo,
ya que si vemos los diferentes backgrounds
de donde provienen esto cuatro veteranos músicos, jamás hubiéramos imaginado
esta banda, pero lo más interesante es como la comunidad rockera, el público acepta sin condiciones la alineación y cómo DE
LA TIERRA sin estar aportando musicalmente algo nuevo se ha convertido en la
banda de Metal latinoamericana nueva más importante del momento, un respiro,
algo que la escena necesitaba para recargar baterías, para subir ánimos, para
ver en la contraportada el sello de Warner y de Roadrunner y decir “Mierda, aún
se puede” el Metal está vivo incluso en los grandes sellos.
Yo entrevisté a Gimenez por
primera vez en El Salvador, estuvo más de una hora en la cabina de radio
escuchando música local, lo encontré de nuevo en Rock al Parque en Bogotá unos
años después, las dos veces con A.N.I.M.A.L, pero ya se notaba que habían ganas
de hacer y decir más cosas, se confirmó una vez que la banda se separó. Es un
hombre con una energía impresionante y aunque esta banda DE LA TIERRA sea tan ecléctica
en todo sentido, canciones como MALDITA HISTORIA llevan el sello inconfundible
de este personaje que sigue siendo el mismo, sigue manteniendo todos sus rasgos
a través de los 11 cortes que componen el álbum.
Esto es una reivindicación en
muchos sentidos, primero en que el rock no está muerto sino que se transformó
en algo de lujo, en algo para conocedores, ya no es una música “populacha” y fácil
como lo fue alguna vez y como lo son hoy otros géneros sino que maduró, mutó y
se reconcilio con él mismo para tomar su lugar en el espectro musical. Segundo,
que los Rockeros ya son mayores y que son los mayores los que están haciendo la
mejor música, los veíamos en todo momento con los grupos de fuera que se han
reunido para giras multitudinarias y ahora tenemos en Latinoamérica nuestra
propia banda así, demostrando que se puede rockear duro hasta cuando se quiera,
hasta que el cuerpo aguante, porque existe la concepción (o existía) que un
hombre a los 50 ya no podía estar de negro en un escenario gritando.
Visualmente el disco es
impecable, la imagen de DE LA TIERRA es genial, gusta mucho la portada en donde
se unen las manos atiborradas de tatuajes de sus integrantes, Andrés Gimenez,
Ex A.N.I.M.A.L, Alex Gonzales baterista de MANA, considerado incluso por los más
radicales como uno de los mejores bateristas del Rock latino, Andreas Kisser de
SEPULTURA y el inconfundible SR FLAVIO, tal vez el bajista más polifacético del
continente y no paro mientras escribo esto de preguntarme si algún Colombiano
cabría en esta banda pero no lo encuentro.
Hay cosas que debe saber antes de
comprar este disco, no es un disco con el sonido de Sepultura así como no es un
disco para nada de Rock, es un disco de Metal, Metal latino, no se me ocurre
otro nombre, no va a encontrar en él un despliegue técnico o de nuevos sonidos,
es Metal clásico, bajo, batería y guitarras, Old School, ¿secuencias? Ni media,
es más, su sonido nos lleva atrás, cuando la música se hacía con las manos
únicamente, si usted no está de acuerdo con eso, lamento decirle que DE LA
TIERRA no es para usted.
Esta banda es para los Rockeros
del alma, los que disfrutan de los solos de guitarra, de las letras, de
escuchar el bajo en el pecho, el tándem en diferentes escalas haciendo el mismo
riff, es claramente un proyecto para reventar en vivo, por eso casi simultáneamente
con el disco comenzaron a anunciar conciertos.
Tal vez la campaña de expectación
superó el disco, pero definitivamente este es un trabajo que abre una nueva perspectiva
hacia nuestro Rock y que usted va a disfrutar, porque se hizo con sinceridad
por un grupo de personas que ya no
tienen nada que demostrar y que se nota que se embaucaron en esto solo por
hacer algo que les gusta, ya lo habíamos visto en USA con Chickenfoot, los que se perdieron eso, ahora tienen la oportunidad
de reivindicarse con DE LA TIERRA.