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La mirada Subterránica

Lo mejor de la música

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ALFONSO ESPRIELLA Y SU ALMA
Felipe Szarruk
Imagenes: Fuente Internet

Por primera vez vi a Alfonso Espriella en Rock al Parque, me llamó la atención que estaba hablando con Amós Piñeros (Ultrágeno, Catedral) y me acerqué. Al día siguiente lo escuché en vivo en el escenario, me identifiqué con su música porque al final era rock, era sencilla y sus letras decían algo, mucho metalero con ansia de redoblante me dijo -¿Por qué te gusta ese man?- a lo que siempre respondí lo mismo, ¡ahí veo un músico!

El concepto de músico en Colombia está muy distorsionado, muy distante a la realidad, para unos, sobretodo los académicos, músico es aquel pseudo-intelectual que pasa componiendo obras “difíciles” de interpretar y de escuchar, que hace las escalas en su modo más extraño y que no bebe, no fuma, no toma y habla mal de todos los demás “músicos”. Para otros, un músico es Cali y el Dandee, Don Omar y Justin Bieber y para otros, un músico es un loco marihuanero y borracho que le da golpes a una guitarra y grita como un loco.

Las descripciones anteriores están refiriéndose a los tipos de intérpretes, al tipo de artista que es cada uno, de “entretenedor”, piensen en los músicos como en los futbolistas, todos juegan al fútbol, pero hay de muchas clases, serios, jóvenes, viejos, drogadictos, cristianos, etc. Pero el músico no se conoce por la forma en que vive su vida sino en lo que lleva adentro, y es ahí en donde se complica la cuestión porque solo los artistas logran ver –el alma- de los demás.

En mi trabajo en la radio, una de mis actividades era buscar los nuevos éxitos que venían, generalmente la radio se basa en listas como Billboard u otras de radios famosas para “no tener pierde”, ese es el modelo que usan acá en Colombia en las estaciones de Rock, pero yo tuve la fortuna de trabajar en una estación que hacía éxitos, que encontraba artistas y los lanzaba. Eso me llevó a escuchar la música de maneras intensas y así es como escucho yo la música que encuentro, por eso a veces peleo tanto con aquellos suertudos que están en las radios colombianas de directores de programación, sabiendo que lo único que están haciendo es calentando puesto y hablando basura.

Cuando comencé a escuchar la música de Alfonso Espriella, encontré un grito desesperado entre líneas, poco a poco fui conociendo más la música y también al artista. Obviamente como gran talento, Alfonso se ve rodeado de personas que lo quieren y quieren lo mejor para él, pero cada uno con una visión diferente y propia, dista mucho de la mirada de “artista”, de “ser humano” que él tiene, lastimosamente es otro talento víctima de un potrero como este que aunque está rodeado de personas que saben el camino para llevarlo adelante, el mismo camino está tan lleno de marañas que es difícil salir, aun así ha destacado.

Su canción –Emergencia- era la que más me llegaba y se lo hice saber, descubrí que era Músico-terapeuta y que su forma de ver la vida era bastante particular, que había tenido experiencias muy duras pero que también había sido recompensado con momentos increíbles. Como pudo se las arregló para hacer de su música lo que quería y claro, como tiene aquel poder enorme llamado paciencia supo encantar a los diversos círculos, a los pocos círculos en los que se mueve el rock en el distrito que desesperan a casi todos los demás.

Una vez yo escribí que Alfonso era de los pocos exponentes actuales de un espécimen en vía de extinción, el compositor solista, y lo mantengo, conozco amigos que adoran su música y conozco amigos que no les gusta ni un poco, pero nadie niega el empuje y la calidad de persona y de músico que es.

Cuando lo vi montado en la tarima de Rock al Parque, cantando –El Pescador- junto a Totó La Momposina, me llené de orgullo y de rabia al mismo tiempo, de orgullo por ver que estaba allá arriba logrando hacer una fusión que, sin masacrar al rock como es costumbre de los músicos de esta patria, mostraba también una parte importante del folclor al lado de una gran figura y de rabia porque al voltear hacia el otro lado no veía al público, porque no estaba, porque Idartes había ignorado las peleas y las advertencias y estaba pagando ese error con la indiferencia de la gente y como ni siquiera DVD hubo, el registro que gira es un video en You Tube que no pasa de las tres mil quinientas visitas.

Escribo esto con un propósito muy claro, los invito a que descubran a sus artistas, a los de verdad, he venido haciendo una campaña en Subterránica y en las redes para que escuchen una canción nacional diaria y ha tenido alguna acogida, pero hay que sentarse y disfrutar. La música de Alfonso Espriella no es de concierto, no es de festival, en el festival la mayoría de los asistentes busca la fiesta, el desmadre, el pogo, la batería con doble bombo pegándole en el pecho y la letra generalmente queda olvidada o perdida en la consola de los ingenieros de sonido. Los invito a que escuchen –Emergencia-, -La viuda Negra-, -Somos Estrellas- y en general toda la producción discográfica de un gran músico y ante todo de una gran persona, solo así ustedes se podrán dar cuenta de porque muchos peleamos la guerra que peleamos, los que queremos que triunfe el mensaje y la humanidad sobre el negocio y la corrupción.



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