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La mirada Subterránica

Lo mejor de la música

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Muchos artistas aun basan su tarifa en una sensación de estrellato o en una cuantificación subjetiva, establecen como valor de su presentación en vivo lo que ellos sienten que valen y no lo que están en capacidad para producir.

 Se ha visto en cientos de publicaciones a músicos clamando que su banda es una empresa, pero al parecer han malinterpretado esta metáfora, primero para que una banda sea una empresa debe funcionar como una, es decir, debe tener un producto que venda, cualquier empresa que tenga un producto que no venda, muestre publicidad o se mueva, va a la bancarrota.

Los músicos de hoy en día quieren que se les pague por existir, a veces es bueno caer en la realidad.
Existen bandas con 20 años de experiencia que cobran mucho dinero por sus presentaciones, basados precisamente en esta “experiencia”, o en que algún día tuvieron un éxito en la radio, en alguna gloria pasada o que se proclaman leyendas y quieren ser contratados con las mismas garantías y los mismos beneficios que los grandes exponentes de la música mundial. Pero al ser contratado las personas no llegan a verlos, se convierten en fracasos absolutos para los promotores u organizadores de eventos.
Así mismo, hay músicos que claman que han gastado mucho estudiando, ensayando, en sus instrumentos y en sus looks, que nada de eso es gratis y por lo tanto quieren cobrar sumas muy altas por sus presentaciones.

Comencemos por el principio, toda empresa debe invertir, mucho… invertir en el desarrollo de producto y esto no es ninguna garantía de que vaya a ser exitoso.

Para que una banda pueda calcular el precio de su presentación se puede hacer un pequeño experimento, uno que muy pocos están dispuestos a realizar por pereza, miedo o sencillamente por inexperiencia.

La banda primero debe organizar una presentación para calcular sus gastos y ganancias plenas de acuerdo con su situación actual. Es decir, según el rider técnico se calcula el gasto de la presentación, cuanto cuesta el montaje de su espectáculo, concierto o recital, se agregan los cálculos de vestuario, transporte, maquillaje, audiovisuales, ingenieros de sonido y todos los requerimientos que se crea son vitales para el correcto desarrollo de la practica artística, incluyendo los caprichos.

Después de realizar el montaje e invertir el dinero necesario para la presentación, la banda, su manager y el equipo de trabajo comienza el trabajo de promoción y se realiza el evento con la presentación única del proyecto, sin invitados.

Y ahí se hace el cálculo, según su público, es decir comparando la oferta con la demanda se hace la diferenciación de la ganancia neta y se establece el precio del show por banda. Un concierto, visto como un negocio es lo mismo que vender una hamburguesa, se calcula el costo, el servicio, se aumenta la ganancia y se vende. Punto, sin filosofía ni “feeling”, esa es la crudeza que encierra la frase “mi banda es una empresa” o “la oficina de hoy”.

Así se establece el precio de una banda independiente, se mira el último concierto del artista en donde actuó solo, si al concierto llegan 20 personas pagando un boleto de $10.000, se tiene el panorama de que el proyecto tiene un costo total de $200.000, como ven esto no es suficiente para cubrir ningún montaje.

Entonces, si usted es una banda que quiere cobrar por dar un ejemplo, $7.000.000 (Siete millones de pesos colombianos) por presentación, debe tener en cuenta que quien los contrate no solo debe vender 700 boletos para cumplir el costo de su presentación, sino que debe vender los boletos para cumplir con su rider, sus necesidades, el alquiler del local y los gastos necesarios. Además, debe vender boletos para poder ganar. Es decir, si usted quiere cobrar esta suma es porque garantiza que al menos van a llegar 2.000 personas a verlo a un precio de $10.000.

Así se calcula el precio de su banda en la realidad de la industria, es por esto que, algunos artistas cobran cifras millonarias, porque se garantiza que, a su contratación, todos los involucrados en la producción del evento ganarán, son muy pocos empresarios los que aun apuestan “a la de Dios”, por no decir ninguno. 

Emprender el camino de la música y sobre todo del rock no es fácil, hay muchos que se creyeron el cuento de la película “The Doors” y la frase -Hey Jim, vamos a prender la maquina de hacer dinero- el disco ya no es el producto principal, solamente una pequeña parte de la mercancía, el negocio de la música cambió y todo está en constante evolución, muchas bandas cobran sumas por el cielo cuando en realidad solo tienen la capacidad de producir para dos o tres botellas de agua.

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