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La mirada Subterránica

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Fue una jornada pasada por agua. Aproximadamente a las cuatro de la tarde el cielo se cerró y dejó caer una lluvia abundante sobre las tarimas del festival Rock al Parque, algo que poco importó al público rockero que se movilizó en masa hasta el Simón Bolívar para ver a sus artistas favoritos y mientras en otras calles también se movilizaba una revolución que defendía la diversidad y el orgullo de la comunidad LGBT de Bogotá, en el parque había otra que clamaba por motivos políticos, religiosos, inconformismos y realidades todas a punta de rock.

A diferencia del primer día, los escenarios tardaron un poco más en abarrotarse, tal vez por la mencionada lluvia, pero antes de que oscureciera no cabía un alma más, cientos de tribus urbanas explotaron y era difícil desplazarse entre tanta gente, tantas melenas, crestas, paraguas, capas plásticas, son cosas que han pasado en Rock al Parque como la famosa granizada de hace algunos años, fue la única vez que tocó suspender las actividades, no es suficiente un poco de frio y agua para calmar el hambre por el rock en vivo.


La jornada la abrió Cuerda Rotta, banda de punk conformada por jóvenes pertenecientes a los Crea, renovando la escena, sonido clásico pero con temáticas actuales, es muy diferente este movimiento punk al que conocemos quienes tenemos más edad, los muchachos están más comprometidos con la realidad y mucho menos con la locura de “ser joven” que nos vendieron como algo obligatorio hace años, como todo, el punk ha venido cambiando con la sociedad y para las nuevas generaciones se convierte en el grito de guerra nuevamente, recordemos que este género tuvo un colapso comercial hacia los noventa que se definió como el Neo Punk, hoy retoma las raíces rebeldes, anarquistas y contraculturales de la mano de la generación más joven que está rescatando el rock.

El día contó con bandas que refrescaban con su sonido y con otras que definitivamente ya suenan a desface, es muy fácil distinguir, hay que aplicar la escuchar lógica y aunque no lo crean el corazón juega un papel fundamental a la hora de clasificar, el rock se hizo presente pero también algunos géneros que no tenían nada que ver con el género, esto ya es una normalidad en el festival. Alguien decía que son miradas “subjetivas” pero en realidad no lo son, el rock es un género definido el cual tiene lineamientos musicales muy marcados, la mirada subjetiva solo puede ser válida para quien no lo ha estudiado y no lo conoce, este concepto se llama “artisticidad”, en los escritos de Franco Fabbri explica como todos los seres humanos la tenemos, ¿Qué importa esto? Dirán muchos, es una pataleta de un radical… bueno, no lo es, para el público no importa tanto, se la gozan toda, la gente de Bogotá hoy es muy receptiva y le gustan los lugares y actividades eclécticas, pero para una política cultural es diferente, lo explicaré con un ejemplo: Si armamos un plan de desarrollo, una política cultural para apoyar el arte de la comunidad afroamericana del Chocó y la convocatoria la gana un grupo de artistas alemanes blancos, ¿no sería muy coherente verdad? Esa es la importancia de tener la palabra Rock en el nombre del festival.


Bandas como Puerquerama o Konzumo Respeto son dignos representantes de ese rock contestatario y divertido, su mensaje es poderoso y verlos entretiene, las letras tratan temáticas muy serias y su espectáculo es elaborado, a estas se les puede sumar La Doble A de Medellín que ha sido de lo mejor que se ha visto y escuchado en estos dos días, destacadísimos, por instantes se nota la parafrasis a Rage Against The Machine, una banda que ha influenciado a varios en Colombia. Indudablemente otro acto de los mejores fue The Warning de México, una banda conformada por chicas muy jóvenes que suenan como un grupo experimentado, como si llevarán décadas tocando, una ejecución impecable, poca edad, pero mucho sonido, mucho profesionalismo.

Hay bandas que necesitan renovar, el caso de Odio a Botero es marcado, un acto que fue bellísimo en los noventa pero que ya está agotado, su ingeniero de sonido nunca pudo con la consola y reventó los parlantes, lastima por su baterista quien es excelente pero el bajo nos estaba bien mezcaldo y ahogaba los tambores. El discurso está ya gastado, muy conocido, nos fue inevitable pensar que estaban ahí por un capricho, más por sus conexiones que por otra cosa, lo bueno es que la banda tiene un público ferviente, un nicho que siempre los sigue y los apoya, pero podrían dar mucho más, han vivido suficiente como para agregar un par de canciones, un par de frases nuevas y un buen ingeniero de sonido.



Estas son miradas que se pueden debatir obviamente muchos no pueden estar de acuerdo, otros si, por ejemplo La Vela Puerca, otra banda que mueve mucha gente, pero de Rock poco, no es mala, claro que no, su música es bella, elaborada, músicos de calibre muy alto, sería bueno implementar una tarima con sonidos alternativos, una tarima que reúna por a La Vela Puerca, The 5,6,7,8's, Caravanchela, Pedrina y otros proyectos que son músicas que aunque rayan en limite de las fusiones no alcanzan a ser clasificados dentro del rock y son invitados más por su extrañeza y sofisticación musical que por estar dentro del género, esto es válido, pero si tomamos la experiencia de festivales como Glastonbury o incluso el Festival de Jazz de Montreal podríamos organizar mucho mejor a estas bandas para que no solo suenen en un espacio más adecuado sino para que sean valoradas como debe ser.

Hubo mucha música, para todos los gustos, La Severa Matacera se reinventa y toca algunas versiones de bandas colombianas, ellos son veteranos en la escena y saben como mover a su público, igualmente Los Sordos o Acidez, bandas llenas de vida, de rabia, Devasted, un proyecto que asciende de nivel cada día más, Eruca Sativa, como siempre un camión, geniales.


Cancelaciones, algo que poco se ve en Rock al Parque, este año ya van dos, Grave y El Gran Silencio, una lástima porque estos últimos son representantes de un movimiento muy poderoso que nunca hemos visto de cerca, los cholos, los cholombianos, los pachucos, es una banda que había que ver, en su lugar estuvo el no menos conocido Rubén de Café Tacvba con su Dj Set.

Definitivamente la logística ha mejorado mucho, el agua no fue amiga del festival, pero nada impidió ver cientos de caras felices y uno que otro grito ¡ROCK AL PARQUE HIJUEPUTA! Lanzado casi siempre por esos rockeros vieja guardia que disfrutan mucho el rock y que siempre venia acompañado de aplausos de todos lo que los rodeaban. 

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Subterránica
Fotos: Oscar Garzón

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